Friday, November 19, 2010

La explotación infantil: Niños Mineros

Un acercamiento al trabajo infantil en la minería.

La minería y el trabajo infantil siempre han sido tristes compañeros de infortunio, aunque fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando con la revolución industrial miles de niños comenzaron a trabajar en las minas. En Gran Bretaña con cinco años podían faenar legalmente bajo tierra, en EEUU con ocho años trabajaban en las minas de carbón. Solo en el primer tercio del siglo XX se legisló fijando la edad minima en diez años.

En la actualidad se calcula que más de un millón de niños siguen arriesgando sus vidas en explotaciones mineras de todo el mundo a cambio de un sueldo miserable que permitirá sobrevivir a su familia y a ellos mismos. Su pequeña estructura física y agilidad son ideales para hacerlos bajar por estrechos túneles en busca de piedras preciosas o pepitas de oro “mucho más valiosas que su vida”, con sus pequeñas manos colocan explosivos, escarban en las entrañas de la tierra y arrastran pesos que triplican el tamaño de sus cuerpos. África, Asia y Sur America son los continentes en los que se concentra este tipo de explotación infantil.

En África, niños de ocho años se adentran treinta metros en el interior de la tierra y pasan siete horas diarias en las minas de diamantes y oro de Costa de Marfil, Sierra Leona y Zimbabwue. En Hererari (Tanzania) penetran en los túneles nada más realizada la detonación con dinamita para ser los primeros en llegar hasta las codiciadas esmeraldas que les ayudaran a sobrevivir un dia más.

En Asia, solo en el Nepal doscientos mil niños trabajan en canteras transportando piedras y picandolas para convertirlas en graba. En la India miles de niños faenan de sol a sol en las minas de mica, codiciado cristal usado para fabricar pintalabios, sombras de ojos y maquillajes. Niños de ocho años dedican diez horas al día a encontrar el codiciado metal por quince euros al mes, de su sufrimiento dependerá poder comer o no.

En Sur America miles de menores trabajan como mineros en las explotaciones de oro, plata y esmeraldas de Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia donde en el año dos mil cinco murieron setenta personas en una mina de oro, entre ellas había ocho niños que junto con los adultos se dedicaban a extraer pepitas de oro. Los pequeños mineros se exponen cada jornada a derrumbes, explosiones y contaminación por sustancias toxicas, presentan desnutrición y retraso en el desarrollo físico y mental, incluso deterioro neurológico por inhalación de gases. Algunos morirán antes de alcanzar la edad adulta y todos perderán la oportunidad de recibir una buena educación que les conduzca a un futuro mejor.

Mª Jesús Mandianes

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