Saturday, June 12, 2010

Infancias secuestradas

Un artículo de de Helena Maleno sobre los abusos sexuales a las migrantes subsaharia en Marruecos. 


Entra a la consulta del médico con un bebé en los brazos. Cualquiera diría que el bebé es su hermano pequeño pero en realidad es su hijo. No tiene más de catorce años, no puede tenerlos, es una niña, su cara, su cuerpo, su forma de hablar. Dice que no tiene pareja pero viene a por métodos de planificación familiar. Es refugiada, menor y ha pasado por todos los circuitos de organizaciones que trabajan en la asistencia a migrantes subsaharianas. Poco después nos enteramos que tiene un compañero, como quince años mayor que ella. Es su pareja, su marido, su vida en Marruecos. En España sería pedofilia, aquí es subsistencia.


“M. L. lleva ya un año buscando pareja para su hija de trece, tres hombres pasaron por su casa, la madre aún no ha dado el visto bueno. Intentamos hablar con la madre y con la niña porque es muy pronto para que le busque un marido, pero la madre está enferma y comer y pagar el alquiler se les hace muy complicado”, declara S., líder comunitario costamarfileño. Las niñas para “matrimonios del camino” se han convertido en una lacra en Marruecos, sobre todo en las comunidades congoleña, nigeriana y costamarfileña. Para las nigerianas, carne de explotación sexual en Europa, forma parte de su acuerdo con las redes de trata. En las otras comunidades las niñas son ofrecidas por sus familias o por el grupo a hombres que buscan pareja.


Se convierten en mujeres casadas con trece o catorce años, en madres adolescentes, a cambio de que el marido pueda mantenerlas y pagar el alquiler para ellas y sus familias. “Tenemos casos de niñas que han venido desde el país porque una madre enseñó la foto a un hombre aquí y al tipo le gustó la niña”, refiere A., enfermera congoleña. Y es que la necesidad de una población privada de derechos se une a la demanda creciente de servicios sexuales.

“Estaba haciendo un pequeño trabajo en la medina y se me acercó un hombre español, me preguntó que si tenía papeles aquí y por mi familia. Le dije que era refugiado y que no tenía familia, le enseñé mi carta de refugiado porque tenía miedo que fuese un policía… después me dijo que tenía un trabajo para mí, que podía tener sexo con niñas pequeñas y que me grabarían, que me iban a dar mucho dinero. El hombre se llama Juan, parecía simpático, me ha llamado más veces, entonces hablé con otro compañero y a él también se lo habían ofrecido y fuimos a hablar con un hermano nuestro de nuestro pueblo y nos dijo que eso no era bueno”, S., es menor refugiado.

Internet ha dado otra dimensión al turismo sexual y ha convertido a los menores sin documentación en las víctimas más débiles para usarlos en pornografía infantil. “En este país no vas a denunciar estos abusos, dónde va un niño sin papeles a una comisaría marroquí, y si lo cuentas en una organización qué va a hacer la organización. Tenemos el caso de varios bebés abusados que se conocen y no ha habido denuncia, la comunidad te dice que el abusador se ha ido y quién lo va a perseguir. Por el momento los menores inmigrantes están indefensos en Marruecos ante los abusos y no se han encontrado los protocolos para su protección”, afirma Smael también refugiado.

Prostitución, matrimonios concertados, embarazos no deseados, abusos sexuales, violaciones y pornografía infantil forman parte de la realidad de niños/as migrantes en Marruecos.

www.periodismohumano.com

No comments:

Post a Comment